En ese instante en el que tu mirada se cruzo con la mía, fue más que suficiente para memorizar más allá de mis pupilas, todos tus gestos y movimientos…desplegando esa sonrisa de nácar, que me incito a devolverte una expresión tímida.
No, me sobran pretextos para “imaginarte” cada vez que así, creo que me es necesario, me empeñe en aprender a esculpir tu silueta, perfilándola con golpes suaves y reposados, transitar por tu pecho con la yema de mis dedos, emanando melosidad por cada poro que comparto con tu piel…!!!
Inventando un recorrido de besos, un roce fugaz, pero eterno..!!!